MAREA ROJA.
POR J.J.CASTILLO.
Jueves 29 de Agosto
Para entrar a un evento artístico, deportivo, incluso en la actualidad ya en los restaurantes que por el rico sabor en sus guisos, se forman grandes filas aquí en la zona metropolitana Veracruz-Boca del Río, es aceptable ya que se trata de una diversión o darle gusto al paladar.
Lo que resulta inhumano y humillante que esto mismo suceda en la clínica 61 en la farmacia del Seguro Social en la ciudad y Puerto de Veracruz, es de comprender que ante tanta población enferma los medicamentos se acaben y no puedan surtirlos en tiempo y forma, pero existen mecanismos para que dicha farmacia esté bien surtida como también existen ya no excelentes, sino buenas formas de informarle al paciente que por el momento no se tiene dicho medicamento prescrito por el médico al que acudió y no en forma grosera decir esta no la hay, cuando el paciente después de estar más de una hora parado en la fila al llegar a ventanilla donde le surtirán la medicina para que medio mejore, recibe ese trato.
Bien eso no es todo, sino que el mismo paciente cuando regresa a los tres o cuatro días, pregunta ya llegó mi medicamento, con tono de un sargento del ejército, ya llegó, pero fórmese y espere su turno, caray el gobierno de AMLO terminó y un servicio de salud mejor que Dinamarca, nunca llegó y si llegó fue en su imaginación, se espera que con la doctora Claudia Sheinbaum Pardo actual Presidenta de nuestro País, los servicios de salud, sino son como en Dinamarca que sean como en anteriores gobiernos de la 4T, eficientes y un trato digno para el paciente.
Pero eso de subir al segundo piso de esa clínica a pretender quejarse, lo único que se encuentra son caras destempladas, empleados enojados con la vida, ya que su trauma mental lo descargan en quien se presenta a querer denunciar el atropello del que está siendo objeto, en especial el cubículo de contraloría donde se encuentra una femenina pasada de peso, que según es la titular de esa importante oficina, antes de que uno entre, malhumorada grita, las quejas con el administrador.
Se pregunta por el administrador y un joven mal encarado dice aquí es, se le dice pero no está, pues siéntese y espérelo porque el no va estar esperándolo.
Caray resulta indignante, humillante que después de que no surtieron el medicamento el día que lo recetó el doctor, cuando se vuelve a la farmacia y preguntar si ya lo hay, se tenga que volver a formar para adquirirlo, pero más humillante resulta volverse a hacerlo cuando la fila es enorme con la debida pérdida de tiempo, ya que no es culpa del paciente la falta de los respectivos medicamentos, deberán comprender estos mequetrefes que la mayoría de los que acuden mensualmente a la consulta familiar son personas que dejaron parte de su vida en sus respectivos trabajos, por lo tanto merecen un trato digno y no por ser sindicalizados los pacientes que acuden a ese centro hospitalaria seguirán permitiendo tanta bajeza, cualquier Sindicato tienen la obligación de defender a sus agremiados ante los abusos del patrón, no para permitir el grosero y mal actuar en el desempeño de sus labores.
Tanto el director de la clínica 61 del Seguro Social como de las respectivas autoridades deberán tomar cartas en el asunto, ya que en actualidad la población tiene muy, muy delgada la piel y los comentarios no son nada loables en esas filas, será la falta de personal, será la falta de.capacidad para dirigir esa farmacia o será que pretendan aplicar la aburridora para los que tienen necesidad de acudir mensualmente, ya no lo hagan, es un problema grave que no deben pasar por alto las autoridades del Seguro Social, de no ser así.
AL TIEMPO..