El viacrucis de la pensión bienestar

PLANA MAYOR

    Gaudencio García R.

    La pensión bienestar, un programa social clientelar, creado para apoyar a los Adultos Mayores de 65 Años y Más en el régimen de EPN, tiene sus claroscuros.

    Más oscuros que claros. En lugar de agilizar y desterrar los odiosos círculos burocráticos, el gobierno de Obrador —el mitómano imperial— creó otro perverso ‘elefante reumático’ para la cobranza de la pensión bienestar.

    Bajo las inclemencias del tiempo —lluvias o olas de calor —, los pensionistas tienen que formar una larga ‘cola’ en una solitaria ventanilla o un cajero para cobrar la pensión que el filósofo tabasqueño mejoró.

    Al principio del sexenio de la cuatroté los recursos federales, aprobados por el Congreso de la Unión, se dispersaban en los bancos comerciales de Banorte, Banco Azteca y Banco Bienestar —éste último creado por el gobierno federal—, y se podían cobrar en cualquier banco, pagando una comisión por retiro en efectivo.

    Hombres y mujeres, de todos los estratos sociales, religiosamente, cada principio de bimestre, que profesan la fe del soldado de dios, ortodoxos, evangelistas, agnósticos y ateos, acuden a retirar la pensión oficial.

    Pero por disposición del talibán del Palacio Nacional, a partir del bimestre de septiembre-octubre de 2022, los pensionistas ya no tendrán la facilidad, la flexibilidad, la oportunidad de hacer el retiro en los bancos que Obrador dispuso o, en la banca privada que aplicaba el cobro de una comisión por retiro en efectivo.

    En el frente de la cuatroté, líderes de Morena, diputados y senadores del Congreso de la Unión, han permanecido en lúgubre silencio. Son los panegiristas de la nómina oficial. Sería un sacrilegio ser acríticos de los errores y horrores del gurú de Palacio Nacional.

    No. Eso se acabó. Las facilidades se redujeron. El pensionista que trae a cuestas enfermedades crónicas y degenerativas —no todos, por supuesto— y, las secuelas del Covid-19, más la suma de la inflación y los altos costos de los alimentos, ahora sólo podrán cobrar en el ‘elefante reumático’ que representa el Banco Bienestar.

    Un banco oficial famélico, con una estructura casi invisible en la mayoría de los 212 ayuntamientos del Estado y del país. Pero el talibán de Palacio Nacional, que todas las mañanas envenena, divide, acusa a la población y luego pide tregua al pueblo, dispuso que sólo se cobre en ventanilla o cajero del Banco Bienestar.

    Actúa como todo un dictador de pacotilla. Ahora el pensionista se tiene que ‘afletar’ varias horas haciendo larga ‘cola’ para disponer del recurso bimestral, que se esfumará en un abrir de ojos con los medicamentos que tiene que comprar para paliar las secuelas que les dejó el Covid y sus variantes.

    A partir de este sexto bimestre de 2022 los pensionistas tendrán que enfrentar las de Caín. Como en los países socialistas o comunistas —verbigracia Venezuela o Cuba—, tendrán que hacer largas filas para recibir de un solo banco el dinero público, que la cuatroté utiliza como programa clientelar.

    Los pensionistas no se merecen el desdoro ni la sevicia que les da el “torquemada imperial” porque los recursos que se destinan forman parte de los impuestos son de los contribuyentes, no son de su bolsillo. No tiene por qué desasear el trato hacia los Adultos Mayores de 65 Años. ¿De acuerdo?

    ¿Y los partidos políticos? ¡Como momias! No han logrado llevar un bálsamo a la sociedad civil como partidos opositores. La paciencia tiene un límite.

    Autor Gaudencio García Rivera

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