Prosa aprisa
Arturo Reyes Isidoro
Los xalapeños criticaron –y lo siguen haciendo– que la pasada administración municipal hiciera muy poca obra. El alcalde Hipólito Rodríguez Herrero entregó una ciudad con sus calles y avenidas destrozadas, con pésimos servicios públicos, llena de maleza, muy descuidada en general.
Algunos xalapeños critican ahora los embotellamientos y el caos vehicular por las obras que por donde quiera construye la administración del alcalde Ricardo Ahued Bardahuil, tratando de reparar en pocos meses lo que no se hizo en cuatro años.
Ambos llegaron al poder por el partido Morena, ambos no nacieron en Xalapa aunque al segundo la mayoría de los xalapeños lo ven como nativo, como uno de los suyos, goza del respeto y de la estimación de la mayoría porque ha hecho la mayor parte de su vida en la capital y a través del comercio que inició su padre se vinculó a los veracruzanos, sobre todo a los que menos tienen.
Así como se vincula hoy la Araucaria o el apellido Chedraui a Xalapa, por haber detonado don Antonio Chedraui Caram lo que su padre Lázaro Chedraui inició como una mercería en 1920 en la capital de Veracruz, para convertirlo en un emporio comercial hasta transnacional (en Los Ángeles, California, hay más Chedrauis que en muchas ciudades de Veracruz; por donde quiera los ve uno), así, el apellido Ahued es otro distintivo de la capital de Veracruz, gracias al hoy alcalde.
No se me olvida que la única vez que compartí un espacio y un diálogo con Hipólito, en un desayuno en la casa del periodista Omar Alemán, ante un reducido grupo, presumió que era un urbanista y en grandes trazos en el aire dibujó el Xalapa que, según él, haría. Resultó puro jarabe de pico. Decepcionó.
No ha buscado pretextos para no trabajar
Desde que llegó al palacio municipal, el alcalde Ahued no quiso barrer para atrás, él sabrá por qué, aunque se sabe que tiene muchos elementos para presentar denuncias formales, fundadas con pruebas, contra la administración anterior, pero no ha buscado pretextos para no trabajar y no resolver nada, no se escuda echándole la culpa al anterior y trabaja como poseso (la síndica Cecilia Coronel le confió un día al columnista que ha querido empezar a dar audiencias públicas desde las seis de la mañana).
Escucho ahora las quejas. Incluso me piden que le dé “un llegue” por el caos vehicular que se forma en horas pico en diferentes rumbos de la capital debido a las obras que se construyen, por el relleno de baches que se hace, por el cierre de calles debido a la poda de árboles ante el riesgo de que alguna rama caiga y cauce una desgracia, pero todos queremos que la ciudad recobre su esplendor y se transforme sin causarnos molestias ni contratiempos, como por arte de magia.
Preferible alguien que construye a quien no hace nada
Prefiero a una autoridad municipal que hace, incluso aunque se equivoque, a una que no resuelve nada. He vivido los contratiempos, cómo no, pero sé que serán pasajeros. En cambio, estaba dolido viendo la desidia de las anteriores autoridades, cómo dejaban que día tras día la ciudad se deshiciera en pedazos y no hacían ningún esfuerzo por remediar la situación, inclusive cómo se devolvían recursos a la Federación por no haberlos ejercido, lo que resultaba hasta criminal habiendo tantas carencias y tantas necesidades.
Creo que nuestra molestia estaría bien fundada si viéramos que el alcalde Ahued permaneciera indiferente al clamor ciudadano y si no hiciera nada para tratar de acelerar la conclusión de obras, aun con los días de lluvia que ya nos han caído encima, propias del clima xalapeño.
Se muestra comprensible con las molestas ciudadanas
En declaraciones que hizo el viernes pasado, manifestó que las molestias de la ciudadanía son comprensibles. Ese día reconoció que hay una “presión importante” en el tránsito vehicular y expresó que está atento a las demandas y denuncias que hacen los xalapeños en las redes sociales, “y sí, me estoy dando a la tarea de revisar una por una” las obras.
Y así lo está haciendo, y por eso una noche anterior anunció que rescindiría el contrato a una empresa que no cumplió en tiempo con una obra en el cruce de 20 de Noviembre y Maestros Veracruzanos. “La gente aguanta las molestias temporales que generan los trabajos con la esperanza de ver una ciudad sin baches, pero no tolera atrasos que no se justifiquen, como tampoco lo hará el ayuntamiento”, argumentó.
Advirtió que no permitirá el incumplimiento en la construcción de obras, que no se ajusten a los estándares de calidad o a los tiempos de entrega establecidos, está pidiendo a las empresas que aceleren el paso, sin dejar de considerar que las lluvias retrasan los trabajos. Dijo que la ciudad necesita mucha inversión en obra y que si a la fecha hay mucha en construcción es porque existen los recursos para ello y deben ejercerse dentro de los tiempos que marca la Ley, en lo que tiene toda la razón.
Incluso, aunque la obra del Arco Sur la realiza la SIOP, ayer sostuvo una reunión con personal de esa dependencia y de la Dirección General de Tránsito y Seguridad Vial, así como con representantes de las constructoras, para buscar que no se entorpezca más la circulación en esa zona, esperando a que se concluya lo que ya se tiene avanzado y se espere para continuar con lo que falta, a fin de que no se sigan congestionando los dos carriles de lado y lado de la avenida.
Tiene calidad moral para mostrarse exigente
Dijo otra cosa importante: que tiene la “calidad moral” para exigir a las constructoras que entreguen las obras a tiempo, porque “no se pide un peso” a quien obtiene un contrato. “No somos tapón de nadie y eso implica que reconocemos y respetamos las críticas cuando quieren que nos apuremos y por tal motivo tenemos calidad moral para exigir tiempo y calidad en las obras” (alcalorpolitico.com, 09/09/2022).
Pocos alcaldes y funcionarios pueden llenarse la boca haciendo una declaración igual, porque casi todos reciben moches, se dejan “mojar” las manos y les vale que las constructoras no cumplan ni en tiempo ni en forma, que entreguen obras de muy mala calidad, incluso que no las concluyan aunque en sus informes digan que lo hicieron; porque se atascan en el mar de lodo de la corrupción.
Soy de los que opina que debemos acompañarlo en su obra constructiva (240 acciones solo este año) con una carga extra de paciencia y de comprensión. Si en su primer año de gestión está haciendo tanto, es que entonces nos tiene reservada alguna sorpresa (¿la solución al embotellamiento en Lázaro Cárdenas?). En el pasado algunos alcaldes dosificaban lo que iban a hacer, esto es, por ejemplo, repartían las 240 acciones entre los tres o los cuatro años de su gestión para tener que ir haciendo o entregando y ahí se la llevaban. Si Ahued no se ha frenado en un año, entonces es que nos dará más. Qué así sea.
¿La empresa que quedó mal, de las que le impusieron?
Tal vez habría que investigar la empresa constructora Factor en Contenidos Haka, S.A. de C.V., la que no cumplió con la obra en 20 de Noviembre y Maestros Veracruzanos, pues se sabe que una funcionaria familiar del gobernador metió o tiene metidas las manos en la ejecución de obras municipales e impuso a constructoras de allegados suyos, no se sabe si sus prestanombres, lo que incluso habría llevado al director de Obras Públicas Municipales, Guillermo Ávila Devezze, a presentar su renuncia, pero no le fue aceptada.
Paseo dominical de Gutiérrez Luna
Causó buena impresión entre quienes lo vieron, que el diputado federal de Morena, Sergio Gutiérrez Luna, paseara la mañana del domingo por el centro histórico de Xalapa con su esposa Diana Karina Barreras Samaniego, diputada presidenta del Congreso de Sonora, y sus hijos Sergio y Víctor. Con la sencillez que lo caracteriza, saludó y platicó con quienes se le acercaron.
Pocos representantes populares de ese partido proyectan una imagen familiar como el de Minatitlán, proyección necesaria en tiempos de crisis por la pérdida de valores familiares. Se recuerda que los gobernadores Fernando Gutiérrez Barrios y Miguel Alemán Velasco, aunque no fueron los únicos, casi siempre se hicieron acompañar por sus esposas en su tarea de gobernar en sus recorridos por el estado, lo que los veracruzanos siempre vieron bien.
Cacique sindical tendría contados sus días
La eterna líder de la Sección 26 del Sindicato de Salud en Veracruz, Ángela Soto Maldonado, tendría sus días contados en el cargo, pues pese a haber convocado a un proceso de “renovación” sindical, sus planillas no levantan y los candidatos “azules” que impulsa no crecen. Todo indica que los trabajadores ya se cansaron de más de lo mismo.
Así, le surgió seria competencia integrada por una tercia que cuenta con el respaldo de los trabajadores que se dicen de a deveras: contador Joaquín Medorio Miranda, por la zona norte, licenciado en enfermería Antonio Ortiz Fernández, por la zona centro, y químico Rogelio Villegas Martínez, por la zona sur.